"Me encuentro caminando
por una autopista muy bonita, de esas muy lujosas y que no son fáciles de
encontrar al menos en mi país.
La autopista está como
en un túnel, y al final del túnel me encuentro con Jesús. Él me extiende su
mano y me invita a caminar con él. Antes
de tomarle la mano me doy cuenta de que mi ropa está gastada y mis manos parecen
las de una persona de avanzada edad.
Lo maravilloso es que
al aceptar su compañía y al momento de tomar su mano, mi aspecto comienza a
cambiar, mi ropa ya no está más gastada sino que ya se ha tornado en blanca y
brillante. La piel de mis manos ahora es suave como la de piel de un bebé.
Comienzo a caminar con
Jesús tomada de su mano recorriendo lugares muy bonitos, con hermosos paisajes,
hermosas flores. ¡Pero también veo curvas!, ¡muchas curvas!. Aparentemente ya habíamos
salido del túnel pero dentro de mi surge la duda ¿Hacia dónde me lleva este
camino?. De manera breve, como para responder a mi pregunta, me percato que
seguimos en él túnel y puedo ver como en tercera dimensión, que el túnel tiene
muchas curvas, va en ascenso y llega al mismo cielo.
Regreso con Jesús y
seguimos caminando. Yo estoy disfrutando su compañía, me agrada tenerlo cerca,
conversar con él, conocerlo más, él me dice por dónde ir y yo simplemente lo
sigo. Con su compañía me siento segura, y se hacía dónde nos dirigimos y sé que
con él lograré llegar a la meta que él tiene preparada para mí. – El mismo
CIELO."
Esta fue una ilustración muy hermosa que Dios me dio para
enseñarme lo siguiente:
A veces nos
encontramos caminando solos, con nuestras fuerzas, con nuestros medios,
tratando de llegar a algún lugar, y no sabes qué lugar, pero quieres llegar. Quizás
sea la búsqueda de la felicidad, ser exitoso, formar una familia, encontrar el
amor, ser rico, encontrar el sentido a la vida, o simplemente estás buscando un
sueño que crees que al alcanzarlo serás completamente feliz.
Los record o logros alcanzados, siempre serán superados por
otras personas, los bienes materiales no vendrán con nosotros al momento de
partir de aquí, el placer y la diversión no son la meta final, esta historia lo
ilustra muy bien:
«Las tierras de un hombre muy rico habían dado una gran
cosecha. Era tanto lo que se había recogido, que el rico no sabía
dónde guardar los granos. Pero después de
pensarlo dijo: “Ya sé lo que haré. Destruiré mis viejos graneros, y mandaré a
construir unos mucho más grandes. Allí guardaré lo que he cosechado y todo lo
que tengo. Después me diré: ¡Ya tienes suficiente para vivir muchos
años! ¡Come, bebe, diviértete y disfruta de la vida lo más que puedas!”
»Pero Dios le dijo: “¡Qué tonto eres! Esta misma noche vas
a morir, y otros disfrutarán de todo esto que has guardado.”
»Así les pasa a todos los que amontonan riquezas para sí
mismos. Se creen muy ricos pero, en realidad, ante Dios son pobres.»
(Lucas 12:16-21 TLA)
Así como la visión que tuve. Dios te invita a caminar con
él. Y quiere que le permitas que sea él
quien dirija tu vida conforme al propósito que él ha destinado para ti. Si te
doto de dones y talentos, no los hizo en vano, tampoco los hizo para alimentar
tu ego o tu propio beneficio o generar simples riquezas terrenales (como el
pasaje que acabo de mencionar). Lo hizo con un propósito mayor, eres quien eres
por una razón. Dios no cometió un error. Y no digo que el perseguir tu sueño
sea un error o que el ser rico sea malo, sino que veas más allá de ese paisaje
bonito.
Esos paisajes hermosos, esas hermosas flores o inclusive
esas curvas que vez en el camino NO ES EL DESTINO FINAL. El destino y la meta
final que Dios desea que alcances es el Reino
de Dios. Y es lo que Dios anhela que
busques primero.
Una vez un joven rico le preguntó a Jesús: Tú, que
eres un maestro bueno, dime, ¿qué cosa debo hacer para tener vida eterna?
Jesús le contestó: ¿Por qué dices que soy bueno?
Sólo Dios es bueno. Tú conoces bien los mandamientos: No seas infiel en el
matrimonio, no mates, no robes, no mientas para hacerle daño a otra persona,
obedece y cuida a tu padre y a tu madre.
El Joven le dijo: ¡He obedecido todos esos
mandamientos desde que era un niño!
Jesús le respondió: Sólo te falta hacer una cosa:
Vende todo lo que tienes, y dales ese dinero a los pobres. ASÍ, DIOS TE DARÁ UN
GRAN PREMIO EN EL CIELO. Luego ven y conviértete
en uno de mis seguidores.
Cuando el joven oyó esto, se puso muy triste, porque era
muy rico. (LUCAS 18:18-23 TLA)
Cuando Dios nos pide algo, es porque él tiene algo mejor para nosotros, él ante todo ve nuestro corazón, si ese algo o alguien nos aleja de él no nos deja cumplir su propósito para nuestra vida. El jóven era buena persona, pero, no salía de su zona cómoda, y solo quería las riquezas para sí, no buscaba el reino.
Este joven rico, tuvo muy poca visión, se conformó solo su
riqueza terrenal. Dios anhela que también hagas riqueza celestial. Él tiene
grandes sueños para ti, y sus planes y sus propósitos son mayores y mucho
mejores que los tuyos.
Al caminar con él (al ser su seguidor), estamos seguros, aun
en la dificultad de las curvas o del camino. Siempre contamos con su brazo
fuerte que nos sostiene para que podamos continuar. Contamos con su abrazo,
cuando tengamos miedo o frío. Contamos con su provisión también cuando estemos hambrientos
o necesitados.
Simplemente, no puedes seguir en este caminar de la vida,
sin rumbo fijo, y sin Dios. Solo es en su compañía y a través de lo que
aprendas de su persona al conversar con él y al descubrir lo que a él le
interesa y al ser obediente al seguir sus instrucciones, encontraras no solo paisajes
bonitos (metas parciales) o muchas curvas (lugares de prueba), sino que
llegarás al destino que él nos ha preparado y que desea que todos lleguemos: “Su
reino”.
¿Ya te decidiste caminar con Jesús?
Concluyo con esta canción, que es la respuesta a esta
ilustración que mencione al principio.
JUNTOS TU Y
YO
Es muy largo el viaje,
No sé cuántas millas hay que
recorrer
Pero sé que a tu lado segura
estaré
No sé a dónde me llevaras
No sé qué terreno tocarán mis
pies
Pero sé que a tu lado descansaré.
Porque serás mi impulso
Mi fuerza a seguir
Viviré por ti y para ti
De tu presencia disfrutaré
Tomada de tu mano
Confiada estaré
Juntos tu y yo por la eternidad.
Tus sueños son mis sueños
Y a tu lado lo lograré
Por más rocoso que es el camino
En ti mi fuerza deposito
Tú me guías, yo te sigo
Tú me hablas, yo escucho
Tú me mandas, yo obedezco
Tú me amas, yo me enamoro de ti
Juntos tu y yo por la eternidad